¿Qué es realmente la fisioterapia y por qué todos deberíamos conocerla?
¿Te ha pasado que escuchas la palabra fisioterapia y piensas automáticamente en una camilla, aparatos eléctricos o alguien con un dolor grave?
Pues te cuento algo desde mi propia experiencia (y con el corazón en la mano): la fisioterapia es mucho más que eso.
Es una forma de reconectar contigo. De aprender a moverte sin miedo. De sanar sin necesidad de anestesiar lo que duele.
Y lo más importante: no tienes que esperar a estar mal para ir al fisio.
Así conocí la fisioterapia (spoiler: fue por agotamiento emocional)
A mí no me llevó una lesión deportiva. Me llevó el estrés. El cansancio. Ese dolorcito en el cuello que aparecía cada vez que sentía que tenía que “aguantar” todo.
Durante meses, lo ignoré. Me ponía aceites, hacía estiramientos por mi cuenta y trataba de convencerme de que era normal. Hasta que no lo fue.
Y ahí fue cuando una amiga me dijo:
—“¿Por qué no vas al fisio? No tienes que estar rota para que te ayude”.
Y ese comentario me cambió la forma de ver todo.
El fisio no solo te “arregla el cuerpo”: te acompaña a habitarlo mejor
En la primera sesión no hubo nada invasivo. Me escuchó, me preguntó por mi estilo de vida, por mi forma de dormir, por mis emociones. Me sentí vista, y no solo como un conjunto de músculos, sino como una mujer entera.
Me hizo notar cómo me movía, cómo respiraba, dónde estaba apretando sin darme cuenta.
Y poco a poco, entre manos sabias, ejercicios suaves y explicaciones con una paciencia infinita, empecé a sentir que tenía permiso para aflojar.
Hoy sé que ir al fisio no es algo “para cuando no puedes más”.
Es una inversión en tu salud integral, en tu bienestar diario, en tu capacidad de disfrutar lo cotidiano.
¿Quién debería conocer la fisioterapia?
Todos. Literalmente todos.
-
Si trabajas muchas horas frente al ordenador y terminas con la espalda en forma de “C”.
-
Si haces ejercicio y no sabes si tus movimientos están bien.
-
Si eres mamá y cargas peso físico y emocional todo el día.
-
Si sientes que tu cuerpo está hablando y no entiendes qué te quiere decir.
No tienes que esperar a lesionarte.
Ni tener una patología diagnosticada.
Ni estar en recuperación postquirúrgica.
A veces, basta con sentir que quieres estar mejor contigo misma. Y el fisio puede ayudarte a llegar ahí.
La fisioterapia es para vivir mejor, no solo para aliviar el dolor
No sé en qué momento nos convencimos de que cuidar el cuerpo era un lujo.
Pero yo lo veo distinto ahora. Cuidarme es mi forma de agradecerle todo lo que hace por mí. Y el fisio se ha convertido en uno de esos apoyos que no cambio por nada.
Así que si alguna vez te has preguntado si “vale la pena” ir…
Sí. Vale cada minuto, cada respiración más libre, cada noche que duermes sin tensión.
Porque moverse sin dolor es importante.
Pero moverse con confianza, con consciencia y con alegría… eso sí que no tiene precio.